Hoy estuve leyendo apuntes de situaciones y experiencias de mi vida que vuelco en letras, pues me hace bien cada tanto hacer un repaso.
Y me encontré con algo muy interesante, (según mi punto de vista), cuando estuve trabajando los pecados capitales, como experiencia de aprendizaje y de evolución.
Me detuve en uno que es muy común, el ego.
Uno puede decir, no! yo no soy soberbia, nada de eso me pasa. Pero nos olvidamos de cómo los mismos logran disfrazarse, (por ejemplo este en altivez, orgullo, terquedad, exigencia, etc.) para que no los reconozcamos y agigantarse dentro nuestro.
El analizarlos observándome me llevó a un cambio de actitudes en situaciones que antes me descolocaban, es como si hubiese empezado a incorporar las enseñanzas de una forma distinta, más directas y mas profundas que antes.
Esto escribía en el 2005:
“Estoy ocupándome en estos momentos de mis egos, lo que hace movilizar cosas que uno prefiere no ver, nuestros propios monstruos internos.
Noto que a pesar de eso, logro identificarlos y trabajar con ellos, lo cual creo humildemente es un gran paso.
Hay tantas cosas que aparecen cuando los dejamos asomar en nuestra vida cotidiana, llevándonos a lugares nefastos, y enfermando nuestros distintos cuerpos: físico, espiritual, astral, etc. Lo contaminan y lo desbordan lo que hace que nos enfermemos y energías no deseadas a nuestro alrededor que van provocando tropiezos y trabas en nuestras vidas.
Por eso debemos ser concientes y estar, insisto en esto, con la conciencia despierta a cada minuto para evitar todo eso.
Hoy a fines del 2007 puedo decir que ese trabajo fue muy productivo y me ha hecho ver muchas cosas para que pueda mejorar, pero eso no implica que no deba seguir atenta para que no vuelvan a aparecer, es un trabajo diario y constante।
GRACIAS A TODOS LOS QUE ME HAN ESCRITO, HASTA EL PRÓXIMO ENCUENTRO
